En los campos de la Zona Central y pueblos del sur de Chile, en la víspera del día de San Juan Bautista (24 de junio) se realizaba una velada familiar donde se relataban cuentos, se recordaban historias y se buscaba la flor de la higuera en la noche más larga del año.
La despedida de esta extensa noche era amenizada por un estofado que reunía a la familia y amigos en torno al fogón: el famoso Estofado de San Juan.